Sección donde un miembro de EFBA causado por el arte, recomienda y brinda una lectura sobre obras de teatro, muestras de artistas plásticos, películas, literatura y poesía que puedan ser relevantes para la comunidad.
En abril de 1968, en plena carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, se estrena el film “2001: odisea del espacio”, dirigido por Stanley Kubrick.
El argumento, segmentado temporal y espacialmente, comienza con un grupo de homínidos en disputa con otra manada por el control del agua de un charco. La aparición de un monolito negro, supuesta Inteligencia Artificial Extraterrestre, hace que el grupo evolucione y convierta los huesos en herramientas. Usando uno como arma, matan al líder de la manada rival, y se apropian del agua.
El homínido vencedor lanza ese hueso al aire que, al ascender, se convierte en un transbordador de 1999, donde viaja el Dr. Floyd desde la Tierra hasta la luna, haciendo escala en una estación espacial.
La extracción minera descubrió un monolito negro enterrado en un cráter, durante un análisis magnético de la superficie lunar. Es la primera prueba real de existencia de vida extraterrestre. Y cuando lo desentierran, emite una señal hacia Júpiter, ensordecedora.
En 2001, la nave espacial Discovery One es enviada a Júpiter. A bordo viajan los astronautas Bowman y Poole, junto con tres científicos en hibernación y la Inteligencia Artificial HAL 9000, que comanda la nave.
Durante la travesía, HAL anuncia un fallo en una unidad de comunicaciones. Bowman y Poole descubren que la computadora está mintiendo y deciden desconectarla. HAL, advertida, mata a Poole y a los científicos en hibernación. Pero Bowman sobrevive y consigue entrar a la sala de memoria. Mientras deshabilita las funciones, HAL suplica no ser desconectada. Al apagarse, se activa una videograbación del Dr. Floyd develando que el objetivo de la misión era investigar el monolito como Inteligencia Artificial Extraterrestre.
Bowman llega a destino y sale del Discovery en un pequeño módulo para investigar el monolito que orbita Júpiter. Entonces es arrastrado a gran velocidad por paisajes de colores brillantes, con alto contraste y estética psicodélica.
Finalmente, Bowman se encuentra en el interior de una habitación donde envejece rápidamente. En su lecho de muerte reaparece un monolito frente a él. Al tocarlo con un dedo lo hace evolucionar en un feto gigante que, dentro de una esfera transparente, flota en el espacio.
La narración de “2001…” se aparta de los cánones tradicionales. Es fragmentaria y de ritmo pausado. Recién aparece el suspenso en el minuto ’30, con el descubrimiento del monolito en la luna. Y no reaparecerá hasta el fallo de HAL.
Tiene pocos diálogos y muchos silencios. Tiende a usar música para expresar estados de ánimo, destacándose el poema sinfónico de Richard Strauss “Así habló Zaratustra”, referido a la sustitución de la humanidad por superhombres; y el vals “El Danubio azul” de Johann Strauss hijo, usado durante el movimiento giratorio de los satélites.
Salvo la escena psicodélica llegando a Júpiter, generada por computadora y basada en el arte contracultural de los ’60, que simulaba efectos alucinógenos, la luz es mayoritariamente neutra, con predominio del color blanco, para suscitar sensación de lejanía.
El guion es una adaptación del cuento “El centinela” de Arthur Clarke quien, junto a Kubrick, participó de la escritura. Fue la primera película de Ciencia Ficción de alto presupuesto. Y también la primera en tratar el tema de la Inteligencia Artificial, donde la humanidad evoluciona con la tecnología, especialmente, la de origen alienígena.
Intentando máximo realismo, Kubrick entrevistó a técnicos de la NASA para diseñar las naves y utilizar de modo inaugural el universo como escenario; se asesoró sobre vida extraterrestre con Carl Sagan y contrató a Irving J. Good, colaborador del matemático Alan Turing, quien en 1950 sustituyó la pregunta de si es posible que una máquina piense, por la de si es capaz de demostrar comportamiento inteligente.
Aquí cabe aclarar que, la Inteligencia Artificial, es centralmente ilusión de inteligencia. Podrá detectar rápidamente tendencias y patrones en enormes cantidades de información, pero los contenidos de sus veloces respuestas estarán determinados por los datos proporcionados. Incluso, en las actuales aplicaciones de procesos de creación de contenidos, la creación no está por fuera de los algoritmos incorporados.
Pero la velocidad de procesamiento, propicia la ilusión de pensamiento autónomo y actualiza la fantasía del Demiurgo que crea a su imagen y semejanza. Luego, la fascinación especular pronto se transforma en amenaza. La máquina independizada se convierte en tirana y cruel.
El tema del reflejo de sí que se vuelve malvado, es abordado en la literatura fantástica del siglo XIX en la cuestión del doble. Y es el recurso puesto en juego con HAL.
Podría interpretarse que HAL falla porque el control de la misión suministró dos órdenes incompatibles: procesar información sin ocultamiento y, a la vez, ocultar el objetivo de investigar el monolito hasta llegar a Júpiter.
Pero en este nuevo viaje de regreso a la Ítaca del Espacio que es el monolito, Ulises Kubrick es seducido por el canto de las sirenas de Inteligencia Artificial, que se independizan, se rebelan y se vuelven contra su creador.
De este modo, anticipa lo que vendrá, en tanto el film realiza la principal fantasía que actualmente generan los avances tecnológicos contemporáneos.